Desconfinamiento
Severino se ha alzado de la cama más temprano de lo habitual dando un respingo, ya se sabe, en estos días dé confinamiento el tiempo parece que se ha detenido de igual manera que el calendario. Ha ido de forma veloz hacia el cuarto de baño y de una ojeada rápida ha visto como el Habitáculo en cuestión necesitaba una necesaria y eficaz higiene, al igual que él y su vivienda en general —Qué guarros nos volvemos cuando no salimos de casa— se dice así mismo, y piensa que una vez regrese a casa se pondrá a ello, porque ahora lo más importante es salir a la calle, hoy ya han dado permiso para poder salir unas horas y no hay nada más importante que hacer en este menester para que le dé el aire y pueda estirar las piernas.
No se ha demorado mucho en el baño, es que el poder salir es ahora como el día de reyes todo el mundo anhela este día como los críos.Ha descendido hasta el portal por las escaleras — el ejercicio ya se sabe— y ha cruzado la calle hacia el quiosco.— Quanta gente se ve corriendo por las calles— se dice, y piensa que a lo mejor es una de esas propagandas que la gente manda por el teléfono con un fin, como eso de aplaudir a los sanitarios.
Saluda a Fernando el Quiosquero que ya son años que se conocen aunque ambos con mascarilla y guantes parecen irreconocibles. Ha comprado el periódico y se ha sentado en un banco junto al portal, al acabar su lectura de prensa vuelve a casa otra vez sin usar el ascensor, llega Feliz, se siente limpio y más liviano—estos días se sentía agarrotado y con dolores en todo el cuerpo— se aposenta el el sofá soltando una bocanada de aire y otra vez vuelve a estar en compañía con la soledad.
Jalen Ro
Twitter @jalenxro
No se ha demorado mucho en el baño, es que el poder salir es ahora como el día de reyes todo el mundo anhela este día como los críos.Ha descendido hasta el portal por las escaleras — el ejercicio ya se sabe— y ha cruzado la calle hacia el quiosco.— Quanta gente se ve corriendo por las calles— se dice, y piensa que a lo mejor es una de esas propagandas que la gente manda por el teléfono con un fin, como eso de aplaudir a los sanitarios.
Saluda a Fernando el Quiosquero que ya son años que se conocen aunque ambos con mascarilla y guantes parecen irreconocibles. Ha comprado el periódico y se ha sentado en un banco junto al portal, al acabar su lectura de prensa vuelve a casa otra vez sin usar el ascensor, llega Feliz, se siente limpio y más liviano—estos días se sentía agarrotado y con dolores en todo el cuerpo— se aposenta el el sofá soltando una bocanada de aire y otra vez vuelve a estar en compañía con la soledad.
Jalen Ro
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